Entorno

Dzidzantún

Dzidzantún

Iglesia Dzidzantún

A pesar de su apariencia modesta, el poblado de Dzidzantún guarda sorpresas para quien sabe descubrirlas. Al llegar los españoles era la sede del señorío maya de Ah Kin Chel y, según asentaron éstos, era provincia muy poblada, “de grandes y medianos edificios de piedra y de casa de bóveda muy bien edificadas… pirámides y edificios” que servían también como tumbas. 1 Nada de ello queda hoy, pero la importancia del sitio se hace obvia por su iglesia, la segunda en longitud tamaño de todo Yucatán, construida por los franciscanos en el siglo XVI para desde allí evangelizar a todo el señorío. La masiva construcción, con características medievales en su planta, nervaduras góticas en la bóveda de su cúpula y elementos platerescos en su fachada, guarda tras un retablo de madera más bien simple un valioso (aunque deteriorado) fresco con motivos alusivos a la virgen María, en cuya pintura se siguió empleando el famoso “azul maya”. Y en algunas partes de su enorme convento pueden verse, sobresaliendo de la capa de cal, los diseños originales que recuerdan pinturas renacentistas, como el escudo franciscano mostrando las llagas que según la tradición católica recibió San Francisco, imitando a las de Cristo.


Iglesia

Boveda Iglesia Dzidzantun

Boveda Iglesia Dzidzantun

Nervaduras góticas de la bóveda y fresco, interior de la iglesia.


Iglesia

Interior iglesia

Interior iglesia

Convento, mostrando la espadaña y la escalera al segundo piso.


Tradiciones

Patrona Santa Clara

La procesión Dizidzantun al puerto de Santa Clara

Amante de las tradiciones como cualquier poblado mexicano, Dzidzantún es albergue de vaquerías, baile de jaranas (danza tradicional yucateca) y una colorida procesión que, comenzando antes de amanecer, lleva cada año a dos imágenes de su santa patrona, Santa Clara, a hombros de sus fieles (la principal, en un anda cargada por los hombres; la réplica menor, cargada por mujeres) hasta el mar, a la playa que lleva precisamente su nombre, a saludar año con año a su hermana que habita en el oceáno, ya que según la tradición, cuando ambas arribaron a la costa, la segunda no encontró pueblo disponible para eregirse como patrona, así que se convirtió en sirena. De allí que su hermana vaya a visitarla y, tras saludar desde sus andas al mar, sea embarcada en una lancha para realizar su “paseo”, demarcando el territorio sobre el cual ejerce su patronazgo.


Tradiciones

Reverencia al mar

Reverencia al mar


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